Ana & Álvaro
Ana y Álvaro tienen una hija, Noa, que me robó el corazón en la preboda y ha sido una de las protagonistas indiscutibles de la boda en La Casa Rural Anxeliña, como no podía ser de otra forma.
Por el tiempo que dedico a conocer a mis parejas, sabía que ella es lo más importante para ambos , y por la boda, ahora sé que Noa es el ojito derecho de sus abuelos, tíos y demás familia. Porque es una niña tan cariñosa y tan despierta que es imposible no derretirse.
Noa fue parte de la ceremonia desde la bajada de los novios, fue nombrada en todos los discursos y estuvo muy presente, lo que no esperaba ella es que también tuviese su anillo.
Estaba encantada con “su boda”.
Ana y Álvaro hicieron muchas cosas de la boda ellos mismos, y sus hermanos, padres, cuñados les ayudaron con todo. Era el único “contratado” de la boda en el banquete y aunque no es lo habitual, en este caso los novios me invitaron a comer en la mesa de los amigos, y acepté encantado.
De hecho me sentaron en la mesa más animada y me lo pasé de maravilla con mis compañeros de mesa mientras comimos, y con el resto de los invitados de otras mesas en la fiesta.
El sitio escogido era perfecto para una boda como esta. La Casa Rural Anxeliña. Está en Boborás, en Ourense. El trato del personal es maravilloso, muy cercano con los novios y la comida estuvo espectacular.
Al ir pasando las horas quedaron los más bailongos y la abuela mirando cómo se divertían. He de reconocer que es algo que veo en muchas bodas y me encanta.
La abuela o abuelas ( en caso de ser muy afortunados y contar con varias), de los novios mirando como baila la gente en la barra libre es una imagen que siempre que percibo, la busco.
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